Deducciones fiscales que prevé la legislación española por inversión en nuevas empresas y start-ups
Publicado el 21 de julio 2025
¿Qué se exige a la empresa participada y a la inversión según la Ley del IRPF para beneficiarse del incentivo?

La Ley del IRPF establece un beneficio fiscal que, con sujeción a determinados requisitos, permite deducir un porcentaje del capital invertido en acciones de sociedades con una antigüedad inferior a cinco años.
Esta ventaja fiscal consiste en la aplicación de una deducción del 50% de las cantidades invertidas. Con esta deducción se pretende incentivar la inversión en nuevas empresas, permitiendo a los contribuyentes aportar no sólo capital sino también sus conocimientos empresariales y profesionales.
Para poder beneficiarse de esta deducción existen unos requisitos que deben cumplirse tanto en relación con la entidad participada como con la propia inversión.
Entidad participada
La entidad debe revestir la forma jurídica de sociedad anónima, sociedad de responsabilidad limitada, sociedad limitada laboral o sociedad de responsabilidad limitada laboral y no estar admitida a negociación en ningún mercado organizado.
Además, debe ejercer una actividad económica con sus propios medios personales y materiales, sin dedicarse a la gestión de un patrimonio mobiliario o inmobiliario.
El importe de los fondos propios de la entidad no podrá exceder de€ 400.000 al inicio del período impositivo en que se adquieran las acciones o participaciones.
La entidad debe tener su domicilio social, sede social o establecimiento permanente en España.
Participación en el capital
La adquisición de las acciones o participaciones debe realizarse en el momento de la constitución de la entidad o mediante ampliación de capital dentro de los cinco años siguientes (siete años para los sectores biotecnológico, energético, industrial y otros sectores estratégicos).
El porcentaje de participación directa o indirecta (familiares hasta segundo grado) no podrá superar el 40% del capital social o de los derechos de voto, salvo para socios fundadores de empresas de nueva creación siempre que figuren en la escritura pública de constitución de la sociedad.
La inversión debe mantenerse durante un mínimo de tres años y un máximo de 12 años. No debe tratarse de acciones o participaciones en una entidad a través de la cual se desarrolle la misma actividad que se venía desarrollando con anterioridad bajo una titularidad distinta.
Base de deducción e importe máximo
La base máxima de deducción es de€ 100.000 anuales y está constituida por el valor de adquisición de las acciones o participaciones suscritas. Cuando el contribuyente transmita acciones o participaciones y opte por aplicar la exención por reinversión, sólo formará parte de la base de deducción correspondiente a las nuevas acciones o participaciones suscritas la parte de la reinversión que exceda del importe total obtenido en la transmisión de las acciones o participaciones.
El porcentaje de deducción aplicable será del 50% de las cantidades invertidas. El exceso sobre la base máxima de deducción anual no será deducible en los años siguientes, por lo que la deducción máxima aplicable será de€ 50.000.
Es importante tener en cuenta que esta deducción es estatal y sólo reduce la cuota tributaria estatal. Sin embargo, en el ámbito de las deducciones autonómicas, varias regiones ofrecen incentivos adicionales a la inversión en start-ups.
La mayoría de las comunidades autónomas establecen que no es posible aplicar simultáneamente ambas deducciones o especifican claramente que no son compatibles, de forma que las cantidades satisfechas por la suscripción de acciones o participaciones no formarán parte de la base de deducción cuando respecto de dichas cantidades el contribuyente aplique una deducción establecida por la comunidad autónoma en el ejercicio de sus competencias. No obstante, sería necesario revisar la normativa de la comunidad autónoma de que se trate.
Para que las cantidades invertidas con derecho a la deducción procedan de rentas generadas en el período, estén o no sujetas al IRPF, se requiere que el importe del patrimonio del contribuyente al final del período impositivo supere el valor que figuraba en la liquidación del impuesto al inicio del período, al menos en el importe de las inversiones realizadas.
Requisitos formales: certificado expedido por la entidad
Para practicar la deducción es necesario obtener un certificado expedido por la entidad cuyas acciones o participaciones se hayan adquirido. Las entidades deben presentar una declaración informativa (modelo 165) sobre los certificados emitidos, en la que consten los datos identificativos, la fecha de constitución, el importe de los fondos propios y los datos de los adquirentes de las acciones o participaciones.
Comentario de Osborne Clarke
La legislación española prevé incentivos fiscales a la inversión en empresas de nueva creación o start-ups. Estas deducciones se aplican directamente a la cuota del IRPF del inversor. Es decir, el contribuyente tiene derecho a deducir un porcentaje de su inversión de la cuota resultante del IRPF. Asimismo, en el marco de las competencias legislativas que ostentan las comunidades autónomas, éstas podrían regular deducciones en el IRPF por inversión en empresas de nueva creación, que deberán ser revisadas para determinar si son compatibles con la deducción prevista en la legislación estatal.
Además de esta ventaja fiscal, también se incentiva la desinversión posterior declarando exenta la ganancia patrimonial obtenida, siempre que el importe obtenido por la venta se reinvierta en otra entidad de nueva o reciente creación en los términos y con los requisitos establecidos en el artículo 38.2 de la Ley del IRPF.